El palacio de el-Badi, o lo que queda de él, se sitúa al sur de la ciudad de Marrakech y fue construido por Ahmed al-Mansur en el siglo XVI. Más tarde en 1675, el sultán Moulay Ismail, decidió borrar de Marrakech los restos de dinastías anteriores y arrasó el palacio. Ahora, poco queda del palacio y del jardín árabe de la Edad Media, tan solo una vasta explanada con naranjos, que bien merece la pena ser mencionada, ya que conserva su estructura y su sistema de riego a partir de una piscina central que ocupa el jardín.
Se trata de un jardín pequeño, para ser el jardín de un palacio, que ocupa 14.300 m2, con una piscina que divide el jardín en cuatro cuadrantes hoy plantados con naranjos. La piscina, de 90 m de largo por 20 de ancho, en su día estuvo decorada con azulejos de vivos colores, mármol italiano y oro importado de Sudan, y servía como elemento decorativo a la vez que se utilizaba para el riego por inundación del jardín.
Como se puede ver en la foto, el agua caía desde la piscina al jardín por gravedad, a través de los orificios en la pared. Los caminos de jardín, que debieron ser de barro cocido, estaban situados a un nivel más alto que las plantaciones.
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